domingo, 13 de diciembre de 2015

Ojos de luna negra

Ojos De Luna Negra

Anhelo de fresca sangre, latiente fervor.
Rompiendo toda expectativa con la pupila.
Deseo de clarividencia, estupefaciente amor,
sólo reencarna para morir de nuevo.

Asesinos de rutinas, matadores muertos
de milenios atrás. Sólo reencarnan para
morir de nuevo. Apestando a sus ancestros.
Acaban con la sed, el hambre: conmigo.

Ojos de luna negra, vista muerta.
Sólo reencarnan para morir de nuevo,
para volver a las pupilas asesinas clarividentes.
De todas formas, ya acabaron conmigo...

lunes, 9 de noviembre de 2015

En mundo de ciegos... (o el necio rebatir de la cobardía)



—En Mundo de Ciegos...—
(O el Necio Rebatir de la Cobardía)

¿Y por qué observar la calma
y galantería del vuelo que
frágilmente efectúa la mariposa
monarca, en lugar de contemplar
a las otras dos, blancas, que poseen
un brillo escamado de esmeralda?

Será que esa latente gobernante
cause más gozo y estupor que cualquier
otra hasta de su propia especie dominante
y finja buscar con prisa sitio dónde
reposar, una pequeña flor de la cual
hartar su poca hambre, así como un pretexto
para alejarse de todas sus congéneres,
y pasar desapercibida a los ojos del mundo
rehuyendo de su derecho divino para reinar,
plácidamente y en grato reposo, sobre
la punta de los más altos y grotescos
oyameles o ahuehuetes que se hallen
en el punto más vasto de la lejanía.

Y olvidándose de ser presa deliberada
del zanate, el jilguero o algún canario,
y, en cambio, trata de mezclarse entre
ellos quebrándose las alas, volviéndolas
de chahuistle, tornando el vuelo
galante en enfermiza lucha contra
la muerte, posándose famélica sobre
las hojas marchitas y la podredumbre,
húmeda y pestilente que se forma
con los cúmulos de la flor de jacaranda.

Y escondiéndose ya de todo ser vivo que pudiera
captarle y admirar con, tal vez pena
o embeleso su escatológica danza,
perfectamente ensamblada, para provocar más
desprecio a su necio rebatir de no contestar
las súplicas de su pueblo, soslayado
por las castas y la supremacía que presuponen
aquellas, como esta que les cuento yo,
sobajan y mancillan a toda una raza.

viernes, 30 de octubre de 2015

Calla y corre



Calla y Corre

Calla y corre, que las sombras nos persiguen,
se amontonan… ¡se hacen una!, solas nos hallaron.
Y caminas serena, sin temor al crimen, campante
y despampanante, aunque ellas ya te hayan callado.

Calla y corre sin razón alguna, que estas
sombras son reflejos nuestros del fondo de
la lóbrega laguna brumosa,
del igual brumoso corazón maniatado
y la obligación de caer más hondo
a causa de los males, las semillas del
pasado, cuales penas y sombras que al
hombre han causado, carcomiendo su
espinazo al encomiendo de un varazo.

Calla y corre por tu vida, por las sombras
tuyas y las mías, porque no nos atrapen
mientras nos nombran: al Catrín y a la Catrina,
por la pura irreverencia de crear caos vil y
sin conciencia. Grita y para; calla y corre.

domingo, 25 de octubre de 2015

Días de otoño



Días de Otoño

La gente, se desacostumbra al otoño,
detesta el frío de penumbra, y la
dulce niebla desacomodada del bajío.
La gente no aprecia las aves en
bandada ni el arte de ti.
Dulce otoño carmesí.

Los viejos yacen y reposan, mientras mis
manos se entumen, tus rojas hojas me acosan
con tu viento, que sacude al diablo más piojoso,
de negra cara enmascarada y un bastón costoso.

El aire seco y el cielo gris te aclaman a ti,
dulce otoño carmesí, piden tus labios rojos,
tus cabellos en bandada y tus fríos ojos.
El diablo enmascarado clama la niebla penumbrosa,
llora porque jamás acaben estos días de otoño.
Este diablo llora por ti, dulce Otoño Carmesí.