—Días de Otoño—
La
gente, se desacostumbra al otoño,
detesta el frío de penumbra, y la
dulce niebla desacomodada del bajío.
La gente no aprecia las aves en
bandada ni el arte de ti.
Dulce otoño carmesí.
detesta el frío de penumbra, y la
dulce niebla desacomodada del bajío.
La gente no aprecia las aves en
bandada ni el arte de ti.
Dulce otoño carmesí.
Los
viejos yacen y reposan, mientras mis
manos se entumen, tus rojas hojas me acosan
con tu viento, que sacude al diablo más piojoso,
de negra cara enmascarada y un bastón costoso.
manos se entumen, tus rojas hojas me acosan
con tu viento, que sacude al diablo más piojoso,
de negra cara enmascarada y un bastón costoso.
El
aire seco y el cielo gris te aclaman a ti,
dulce otoño carmesí, piden tus labios rojos,
tus cabellos en bandada y tus fríos ojos.
El diablo enmascarado clama la niebla penumbrosa,
llora porque jamás acaben estos días de otoño.
Este diablo llora por ti, dulce Otoño Carmesí.
dulce otoño carmesí, piden tus labios rojos,
tus cabellos en bandada y tus fríos ojos.
El diablo enmascarado clama la niebla penumbrosa,
llora porque jamás acaben estos días de otoño.
Este diablo llora por ti, dulce Otoño Carmesí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario