miércoles, 5 de noviembre de 2014

Rapsodia – I: Los Perros

—Rapsodia—

I: Los perros

Está a punto de oscurecer
y el viento vaticina en mis ojos
una noche de ideales, sequía,
y discursos para funerales,

y está vez, bajo una luz de sesenta watts, la Luna
se vislumbra más y mejor
que el Otoño anterior.

Las nubes oblongas, que en el cielo
apuntan a donde se hallan mis ideales
de pesar, hacia el mero y sangrado
horizonte, entre la mera convergencia

del índigo tácito albor de la noche
y la cálida carmesí despedida de las luces,
éste crepúsculo acuñado entre cerros y montes,
límites que barrican la Polis, se hallan,

al revés de mí, los perros ladrando
con bravura y desasosiego;estoicamente
maldiciendo en su rupestre lengua
a los finos colores, luces y calores,

que cobijan y sosiegan a la Polis,
y de su lado el frío les carcome
los cuerpos, hebra por hebra,
y la pedregoza oscuridad ciegos los deja.

Atemorizados por sus sombras,
que ahora fuera del suelo están
y entre sí y estás se rosan,
ellos siguen aullando por calor.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario