Los labios empujan
la saliva con el aliento
hacia la tierra negra
Roncan las cuevas del cuerpo
hunden y espesan el silencio
todo se vuelca en la catatonia
Existe el ser que ama
Y el ser que odia
Y el ser que ruega
Y el ser que culpa
No hay cabida en la existencia
para el ser que sólo observa
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