–Ídolo intocable–
Amada eterna,
ídolo intocable;
que marchitas
una ciudad entera
con el roce de tus dedos,
el abrir de tus labios
Y rompes cristales coloridos,
grácil ejecutora de la tempestad
y te llevas la luz de la esfera
Se derrumbó el altar
y la estatuilla se llenó de polvo,
vísceras; el ídolo se ha profanado
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